Escuelas Pías

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El 9 de noviembre de 1699 se estableció un pacto fundacional entre la ciudad y la Escuela Pia que acordaba que la paeria, a cambio del servicio de enseñanza de los escolapios, debía entregarlos anualmente 300 libras y 50 cuarteras de trigo para el mantenimiento de ocho religiosos, y también tenía que construirlos un colegio y la iglesia.

La enseñanza que impartía la Escuela Pía tenía lugar en tres aulas: una de muchachos y dos de gramática y retórica. El primer centro fue el Castillo Hermoso, pero estaba en estado ruinoso y se tuvieron que buscar otros locales alternativos (calle de San Juan, plaza de San Salvador ...).

Después de 50 años de su llegada se estrenó el colegio de la calle del Milagro. En 1775 se comienza la construcción de la iglesia de estilo renacentista en el interior y barroco por fuera. En el año 1787, el número de alumnos escolarizados en Balaguer era de 196.

Durante la Guerra de la Independencia el colegio de la calle del Milagro fue destruido, y la comunidad se dispersó hasta que en 1813 se reanudaron las clases temporalmente en una casa de la plaza del Mercadal. Después de una época en la que los escolapios se disolvieron porque no podían tener novicios, el Estado restableció nuevamente la Escuela Pía en 1845 y la comunidad volvió a Balaguer, donde compartieron ya la escolarización con las carmelitas de la caridad (majanos).

En 1861 se produjo un fuerte incendio y la reconstrucción del edificio se alargó hasta el primer decenio del siglo XX, que se arreglarán también la iglesia. A lo largo del siglo XX la congregación pasó por multitud de avatares: en 1911 comenzó el proceso de separación entre el Ayuntamiento y la Escuela Pia, que culminó en 1930 Tras el periodo de la Guerra, que el edificio fue convertido en escuela pública y hospital, se inició la lenta recuperación, y en los años cincuenta se recobró la 9internat y los estudios de bachillerato.

La entrada de niñas se produjo el 1977-78 y este último año se compró el solar en la calle de Barcelona, ​​donde se edificó el nuevo centro, que se inauguró en 1983 En los años noventa se implantó la reforma educativa con el enseñanza primaria y el secundario obligatorio.

El edificio de dos alas hace chaflán entre las calles de Barcelona y del Río Cuervo. Las paredes son de ladrillo de obra vista con muchos ventanales. En el ala de poniente se encuentran las aulas distribuidas en tres plantas: en la baja se encuentra el recibidor, las oficinas y el parvulario; en el primer piso seis aulas, la biblioteca, taller o laboratorio, despachos y aseos; en el segundo piso hay la misma distribución que en el primero. En el ala norte está la capilla, la sala de actos y el polideportivo cubierto, y en el sótano la cocina y el comedor. Entre los dos espacio se encuentra el patio escolar, que se abre en la calle de las Franqueses.